Desdeño las romanzas de los tenores huecos

y el coro de los grillos que cantan a la luna.

A distinguir me paro las voces de los ecos,

y escucho solamente, entre las voces, una.

(Antonio Machado)

domingo, 28 de abril de 2013

Lento

Ni los labios rozan con tanta sensualidad
como lo hacen los tuyos junto a los míos.
Mi piel se derrite y electrifica,
se enciende de una pasión ávida de infinitas caricias;
me estremezco como una gota de agua
en el seco desierto.

Y tú me sigues preguntando
¡qué es lo que siento...!

El tic, tic de un amanecer en la primavera de mis sueños;
algo que ignoraba
y ahora ni morir quiero
con sólo pensar
lo cerca que he estado de haber pasado de largo
respirando el mismo aire.

¡No, no lo sabía...!

Hoy me revuelvo entre mis sábanas,
bebiendo de una sed con sabor a miel y a flor
y al calor de tu cuerpo
ahogo mis suspiros,
escondidos,
dónde sólo tú tenías la llave
para hacerme sentir
tu piel desnuda
junto a la mía.

¡...Amor, dolor, deseo, placer!,
llámalo como quieras.

Yo le pregunto a mi corazón
y él me responde con un
silencio,
encendido a fuego lento...

¡Muy lento!

miércoles, 17 de abril de 2013

Fría tierra

                                                                                                                               ¿Adónde va esa mujer,
        arrastrándose por la acera,
                                                                                                                                            ahora que ya es casi de noche,
                                                                                                                                    con la alcuza en la mano?
              (Dámaso Alonso)
Y volvieron a ir a por agua,
siguieron la misma senda,
se cruzaron con los mismos matorrales,
indagaron en las mismas cuevas que partían el camino.
Un día y otro día,
todos los días del año,
todos los años con sus meses,
y allí estaba,
rozando la perfección,
siendo una mente privilegiada,
tocando el trono con el leve gesto
de quien todo lo sabe y nada lo alcanza.
Y ahora esa mente le pide permiso al alma,
y el alma no habla, ni se alimenta de fracasos.
Sólo el tiempo pasa y no envejece,
ni le salen arrugas que hundan su mente,
ni tiene comprados nichos de hormigón, con lápidas de granito,
hiriendo en sus losas grabados de latón,
acompañados de cirios eternos reguardados por plásticos de colores.

Haciendo de su llama un baile perfecto...
no, no; él no es de este mundo.
El mundo se rinde a sus caprichos y él se ríe de este mundo.
No miente, ni escucha,
se hizo sordo en el pasado y fuerte en el presente.
No indaga porque lo sabe todo,
guarda secretos a voces y luego se desnuda,
y va y viene, resopla en silencio,
sabe que no existe el sol apagado,
que da igual,
así lo sentencia y se resiste,
se jacta del mar de las flores,
de los árboles sin ramas,
del fuego que todo lo devora e implacable lo contempla,
de los terremotos que hacen heridas en la tierra,
de la niebla que ciega los ojos de los mortales,
come a escondidas, devorando, robando, maldiciendo,
hincando su daga en campos de acero,
olvida porque no retiene, no llora porque no siente,
no espera porque ni escucha, ni ve, ni oye, ni sabe de desgracias,
ni de alegrías, ni se baña porque no huele.
No hay virus que acabe con él,
ni humano que no lo defienda.

Porque es nuestro maestro,
de él aprendemos, dejando legados a los sucesores del misterio
...ahí tenéis para pensar.
Para olvidar y emborrachar vuestras ideas,
tontos, idiotas, fracasados, ignorantes,
ciegos de todo  y ávidos de un interés.
Podridos bajo los cimientos de su furia,
bajo el regocijo de sus carcajadas, ablanda el camino
y nosotros los ricos, pobres y mal nacidos,
con trajes o harapos, desnudos, con hambre, sed,
comidos de miseria nos seguiremos arrastrando,
soportando su insolencia,
comiendo de sus sobras,
tapándonos con la oscuridad de su noche,
y muriendo, alimentando su agitada tierra,
esa que lo acobija y le manda abogados,
y jueces, constructores y albañiles, criados y vasallos....

Todos rendidos a la falda de sus laderas, al vasto suelo,
y sin embargo....
dormimos soñando que pase lento o pronto.
¿Qué más da?
unos programan su muerte,
los demás se impacientan por ella.

Y sólo los luchadores alzan sus manos apartando el lodo que los entierra.

miércoles, 3 de abril de 2013


El arrojo de una colilla, su último humo perdido entre los cristales del amanecer, el cielo emborronado de día y limpio, limpísimo de noche, nos aturde con el resplandor de sus estrellas. El estremecer de su brisa en noches de primavera. Así, esa es su dulce espera, o miedo, no sé. ¡Un aluvión de preguntas caía sobre mí, sin apenas tiempo para procesarlas, matizarlas! Después con la llave de repuesto abro el cajón de mis miedos; mis ojos buscan sin parar, ya no vale la más adecuada, sino la que calce como un zapato o un guante. Y todo en menos de veinte segundos; lo demás es demora convertida en sospechas. Los aciertos pegados a la piel no entienden de llaves que abran puertas, a veces incluso con las llaves no soy capaz de encontrar esa puerta. Y otras muchas, con llave y puerta sólo consigo engranar para volver a correr sin encontrar luz sobre una mesa.
Al lado de tus preguntas deja encendida una vela, para que pueda llegar a mi destino, sin perder veinte segundos en encontrar la respuesta.