Desdeño las romanzas de los tenores huecos

y el coro de los grillos que cantan a la luna.

A distinguir me paro las voces de los ecos,

y escucho solamente, entre las voces, una.

(Antonio Machado)

viernes, 28 de septiembre de 2012

Viento


El silencio de la noche
quedó interrumpido,
ahogado,
empezó como una melodía,
rozando el crepúsculo de la oscuridad,
amainando el nuevo día.

Meciendo árboles,
envolviendo crujidos,
así,
casi inapreciables,

los iba sintiendo.

Era el viento que nos avisa.
Advirtiendo, recordando
esa melancolía,
de otra estación nueva.

El verano moribundo
se va alejando.
Algunas veces vuelve,
Otras

cae rendido y muere.

¡Qué cambio más bonito!

Aromas de frutos secos
embadurnan el aire
repleto de hojas rojas,
alfombrando sus suelos.

De cálidas tardes
llenas de misterio.

Me traen pensamientos,
nostalgia de otros tiempos
amaneceres fríos,
recuerdos eternos.

Así, sí que duermo

que nadie esconda el viento
dejadle que recorra calles
avenidas y olivares,

que perfume el aire
con olor a tierra mojada
de colores grises
raspando la madrugada.

Así se irá alejando.

Ancho como el horizonte,
largo como el infinito
y suave como el remanso
de un amanecer incierto.

¡Dejadle, dejadle en silencio!

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