Pienso en el
tiempo perdido,
en mis
amigos reencontrados,
en la
emoción de la vida,
en los
momentos olvidados.
También
pienso en lo que hago ahora
y en lo que
haré luego,
en mis
sentimientos pasados
y en los que
vendrán sin llamarlos.
Pienso en
distraerme
por pensar
en algo,
también
pensando me duermo
y durmiendo
sigo pensando.
¿Para qué
sirve saber en lo que piensas
si nadie es
capaz de averiguarlo?
Si,
averiguando alguien, sabe lo que estás pensando,
piensa en
distraer tu mirada;
y no le
cuentes a nadie la dicha de haber pensado
cuando todos
viven soñando.
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