Noto en la
lejanía el infinito incierto
deslumbrando
un horizonte de pesares callados
soportando
brisas de colores amarillentos
confundiendo
luces con el amargor de tu silencio.
Te brindo
poemas en noches cerradas,
de las que
la gente mira y luego se calla
¡ay! si
encima hace frío
se van sin contemplar
tu hermosura engalanada.
Sólo los
amantes de poetas pasados
vislumbrarán
tu belleza
inmunizando
su alma,
dejando admirar
los ecos de
tus gritos,
esperando tu
llamada
en noches de
pasión
en noches
cautivadas.
Siempre
estarás, para quien quiera mirarte
siempre estarás
aunque no puedan verte
y versos
sacarán de tus entrañas vacías
acariciando
el placer de poder contemplarte.
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