Resbalando sobre su piel
aprendiendo a gozar,
abrazando cataratas de pasión.
Sólo ella y él.
Ocultaron lluvias heladas,
caminaron descalzos
sobre el rocío de la mañana.
Sobre bordes helados
de carámbanos cuajados.
Sólo ella y él.
Observaron el infinito, donde
el horizonte se perdía,
ante el estupor de sus miradas
su amor se derretía.
Sólo ella y él.
Sabían que su amor
tal vez, un día se perdería;
quedando huérfanos
y en su propia sed,
moriría.
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