Llanto de nieve
cubre tus cimas,
aterciopelada, cambiante.
Entre pastos pardos y frías hierbas
clamando al sol de medio día,
esperando al mar entre tus brazos.
Y sin embargo
agua aletargada esconden tus manos;
ya no podré verte,
ya estaré escondida,
confundida entre corales,
entre caracolas perdidas.
No es por derretir tus cumbres,
ni por cambiar tus laderas de blanca
nieve,
en dulce miel
que mis sueños aspiren.
Son para el deleite de poetas,
posando a tu lado,
como sirenas blancas
en noches frías
acurrucando el tiempo en otra vida.
Y de tanto ignorar
no te percibía.
¿Ahora quién recoge tus lágrimas
perdidas?
dime
quien te aparta de soles mojados,
de espumas blancas,
de dulces brisas,
como el ruiseñor en tus montañas,
buscando hierba escondida.
Hoy quiero apartar tu mirada,
donde el cielo es más azul
para llenarme de amor
siempre,
siempre en tu compañía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario