Mi tierra tiene llanuras,
por donde entra la luz de la mañana,
rodeada de cerros bajos,
donde duerme la luna.
También mi tierra mira a las montañas,
escondite de cuevas,
cuna de lobos.
En las frías madrugadas,
mi tierra enoja al viento,
cuando de sol se disfraza,
tiñendo de verde los campos,
de jaras, pinos, lentiscos
y romeros,
siempre rodeados
con sus olivas centenarias,
Mi tierra presume de las manos que las labran,
de sus gentes,
de la Alhambra de Granada,
de otros muchos que con sólo nombrarlos,
ciega el alma.
Mi tierra no grita,
no habla,
ni susurra dóciles palabras.
De eso ya se encarga
la bravura de sus costas,
el sonido de sus olas,
las castañuelas de Sevilla
y los pasos de Semana Santa.
Andalucía es mi tierra
y de ella estoy enamorada.
De su vientre han salido,
poetas, escritores,
artistas
y arquitectos,
reformistas de sus fachadas.
¡Qué se lo digan a la mezquita de Córdoba,
a las catedrales de sus ocho provincias!
¡A la Torre del Oro
y a su hermosa Giralda!
Mi tierra:
grabados de otras conquistas;
luce con salero y gracia su habla.
Orgullo del Guadalquivir,
mi tierra se baña
en noches de plata.