Ya se van los eclipses que tapan la luna.
Ya no queda luz azul entre las tinieblas.
No eran mis ojos los dañados por el fuego,
no era el día disfrazado de noche,
ni la noche vestida de luto.
¿Quién ha muerto?
yo me pregunto.
Incauto destino, me has tapado la visión
y en mi dañado tacto
me he comido tu tiempo.
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