Postrada estoy con pies de barro
alerta y mirando al cielo.
Una tormenta amenazaba
con dejarme
sólo
los muñones fuera
¿y quién caminó por mí
en aquellos días azules?
¿y quién vigiló mis pasos
cuando llevaba tacones?
Coger el tiempo y congelar sus días,
dormir en los segundos
que marcan las horas.
¡Dónde estaba yo
sin correa al cuello!
y tú,
¿por qué gritabas?
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