Confías y sigues confiando,
pensando que aún lo puedo hacer mejor. Esta vez los poetas también se enamoran
de otros poetas, de ellos se aprenden, de ellos sacas valor, con ellos te
emocionas y, sobre todo, piensas, el “por qué”. Ese “por qué”, no está ahí por
casualidad, viaja con nosotros y nos ofrece posibilidades.
No seas tan duro, mi esfuerzo es
dueño de mí, sin enganches que me recuerden sabor a ti; sabiendo que tus manos
siguen presas, sabiendo que nunca un "te quiero" saldrá de tu boca, porque
todavía la tienes sellada. No soy tan idiota, sólo me dejo llevar y el amor no
entiende de protocolos, ni de esperas; sin embargo todo eso pertenece a nuestros
sentimientos. Luego está nuestro envoltorio, el que deja huella, el que un día
te levantas y te ves otra mancha en la piel y otro achaque a destiempo, ¡ay! de ése sí que te estás emborrachando, sólo para olvidar un vino que se avinagró
sin saberlo, sólo para sentirte en paz con tu corazón. Y en cada sorbo de mi
aliento te llevas sin querer muchas noches de lloros eternos.
Será mañana o será pasado, ¡no!
no me hables de nada y calla. No pienses nada, pero pon en orden tu intelecto,
pregunta al guardián de tus anhelos si todo lo que tocas te sabe a cielo o por
el contrario, si es que necesitas otra clase de medida, para olvidar otra cara,
otro cuerpo.
Seguro que tu inseguridad no la
medirás con nadie, y yo... no soy sólo materia para abonar tu terreno, ni la
fórmula magistral, cautiva, en una capsula de medicamento.
No habré estado como tú, probando
de otras fuentes. Yo te aseguro que sólo me hace falta preguntarle a mi piel,
cuando un día de verano se me erizó por el roce de una caricia, por el brillo
de unos ojos que me mataban a destellos.
Para ti, ¿qué fue? la sesión de
un psicólogo para olvidar malos momentos. Medita en algún lugar, en calma; ya
que mi corazón no tiene cerrojos viejos, que estén oxidados por el tiempo.
No me uses como bálsamo para tus
heridas, no me uses como un remo suelto para llegar a la orilla y luego irte,
dejándome al son de las olas. Porque otros barcos seguro que verán mi luz y me
echarán un cabo suelto.
Ya no quiero morir, ¡que espere
el cementerio! ya no quiero consuelo de nadie, porque nadie me querrá jamás
como yo me quiero por dentro.
El amor es así, no correspondido la mayoria de las veces, y a cierta edad es dificil encontrar a alguien sin heridas o marcas que olvidar .... el alcohol a veces mitiga pero todos tenemos esperanza de encontrar a alguien de verdad te haga centrarte en el futuro y no amarrarte en el pasado
ResponderEliminarbesioco Mercedes
Que no sea nunca el alcohol el medicamento para olvidar otras vidas. Te aseguro que existe el alma gemela y el amor verdadero. Pero no lo busques, espera que venga a ti, y solo cuando te haga sentir latir tu corazón, suelta cazos y cucharas, vuela hacía él, y no dejes que te arrastre el viento.
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